Mantillas de Boda – La importancia de la tradición.

La mantilla, es un complemento ornamental que lucen las mujeres, y que, en España se utiliza para acudir a eventos, como los toros, la Semana Santa o las bodas.

Las mujeres españolas usamos mantillas de boda, no solo porque son bonitas, son parte de nuestra tradición y nuestra cultura. Según marca el protocolo las mantillas blancas o de color marfil son las únicas apropiadas para la novia y las invitadas solteras. Hay varios tipos de mantillas de boda: las hechas de blonda, y chantilly en tul de seda, las de chantilly son las mas elaboradas.

Para acudir a una boda adornada con una mantilla, tenemos que tener en cuenta algunas recomendaciones, que vienen marcadas por la tradición. Así a la hora de la elección del largo de la mantilla, se deberá considerar la altura de la persona, si es alta, le quedará mejor una mantilla larga, pero, si se es bajita, lo mejor es una mantilla corta. En cualquier caso, nunca debe exceder el largo de la falda y, además, por delante, llegará a la altura de las manos y por detrás, hasta la cadera; si la boda se celebra durante el día, la mantilla irá con un traje corto y si es por la tarde o por la noche, con traje largo; siempre debe llevarse con trajes de una pieza y con las mangas largas o francesas.

Para lucir la mantilla, resulta indispensable que vaya acompañada de una buena peineta, de carey para las negras o de nácar, para las mantillas claras. Si no somos muy altas, podemos elegir una peineta alta y si somos altas, podemos decidirnos por una peineta baja. En todos los caso, tenemos que ajustarlas bien al recogido y equilibrarlas con la mantilla.

También queda muy original lucir la mantilla en cualquier celebración recogida al hombro tipo chal.